foto: Rafa Martín. LLovía sobre el agua.
Poco antes que Pompeya quedara destruida para siempre, las gentes paseaban, bebían y cantaban o leían a Ovidio. Ahora tú mismo vives como si todo fuera a seguir siendo así, aunque no ignoras que el volcán ha empezado a rugir. Tú sigue paseando. Puedes beber, cantar o leer al poeta que prefieras, más no olvides que vives en Pompeya y la historia está siempre repitiéndose.
José Corredor-Matheos. Sin ruido.